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Prensa paraguaya niega derecho a Réplica al escritor Luis Agüero Wagner

La prensa mediática que apoyó -aceitada por los dólares de las ONGs derechistas y fundaciones anexas a la embajada norteamericana- la candidatura del obispo Fernando Lugo, tras lanzar dardos contra el escritor Luis Agüero Wagner le niega derecho a réplica
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La prensa mediática que apoyó -aceitada por los dólares de las ONGs derechistas y fundaciones anexas a la embajada norteamericana- la candidatura del obispo Fernando Lugo, tras lanzar dardos contra el escritor Luis Agüero Wagner le niega derecho a réplica, según nos informa nuestro compañero desde Paraguay.

Tanto Ultima Hora como La Nación, y anteriormente ABC color, publicaron escritos difamatorios contra Agüero Wagner esta semana, molestos por sus denuncias con respecto al montaje para presentar como izquierdista un gobierno dirigido desde la embajada norteamericana, como el del obispo Fernando Lugo. Ver:

f17digital2.blogspot.com/2008/12/la-ltima-burla-de-la-cia.html

Para acompañar esta noticia, nos envía esta descripción sobre la realidad del Periodismo en ese país sudamericano, donde quienes trabajan en la producción intelectual independiente no sólo intentan ser excluidos por la mafia que maneja los medios, sino que además son hostigados y sus sitios en la web son atacados para intentar acallarlos.

EL CLIENTELISMO Y LA PRENSA PARAGUAYA (I)

Lo que ya era un "secreto a voces" en la sociedad paraguaya quedó definitivamente al descubierto hace pocos días, cuando a un medio (ABC color) que alberga a varios periodistas que gozan de jugosos zoquetes en la función pública, se le ocurrió publicar una lista parcial de comunicadores comprados por el oficialismo con el dinero del pueblo.

El caso de estos periodistas, vendidos al Diablo por un precio que daría vergüenza a Fausto, recuerda aquella advertencia del informante "Garganta Profunda" a los periodistas de "The Washington Post" que destaparon el escándalo Watergate, en 1972: "Síganle la pista al dinero" (Follow the money).

Se trata de los mismos personajes -ya todo el mundo lo sabía- que se pretenden facultados para decidir quiénes son los referentes o voceros autorizados de cada partido, quiénes tienen derecho y quiénes no a ocupar espacios en radios y diarios, por más que se trate de partidos de la oposición y ellos sean beneficiarios de las dádivas del oficialismo. Un sistema absolutamente ecuánime, como puede notarse, para preservar la independencia y democracia interna de los partidos contestatarios.

Son también ellos quienes deciden por la Justicia Electoral cuál es el procedimiento legal en una interna, quién tiene derecho y quién no a impugnar un acto electoral ilegítimo, dado que aberrantes irregularidades en un proceso eleccionario les tienen sin cuidado siempre y cuando el Tribunal Superior de Justicia Electoral no les levante su onerosa publicidad, propaganda estúpida y sin sentido que al igual que los auspicios de Itaipú, invariablemente la paga el pueblo.

Eso no quiere decir que el soberano pueda influir sobre las pautas de a qué medios se desvíen los fondos "sociales" (antisociales?) de Itaipú, dado que el dinero sin excepciones debe terminar en el bolsillo de "grandes comunicadores" al servicio del pensamiento asocial y acrítico, que por añadidura reciben importantes sumas en dólares de embajadas extranjeras para solventar propaganda antiparaguaya.

Nadie tiene derecho a quejarse, porque ellos son los dioses del Olimpo, las figuras consulares de la paraguayidad, héroes sin mácula en la lucha contra la fase terminal del régimen que les pagó la inauguración de sus medios de comunicación.

Sólo ellos nos salvaron de la pérfida dictadura estronista financiados por los dólares de la National Endowment for Democracy, y por lo tanto sólo ellos tienen credenciales para llevarnos si se les antoja a la dictadura nicanorista, esta vez financiados por los dólares de Itaipú. Poco importa que el Paraguay esté hipotecado al Brasil y que se deban unos impagables 19 mil millones de dólares por la Central Hidroeléctrica, deuda que crece mientras a ellos les llueve generoso el dinero público. Después de la patria periodística, puede venir el diluvio.

Nadie espere tampoco un aporte real a la sociedad o a la cultura paraguaya, algún compromiso con el patriotismo, de ninguno de los programas tan alegremente subvencionados por el erario público. El verdadero leitmotiv de las dádivas ya lo conocemos: declarar inexistentes para el comunicador y para el comunicado vastas áreas de nuestra acuciante realidad, una forma más aceptable y civilizada de la censura que imponía por la fuerza bruta la dictadura.

El mismo diario que realizó la denuncia a medias, cuenta en sus filas con numerosos referentes del clientelismo imperante en la prensa paraguaya. En su urticante sección política, sólo por dar un ejemplo, descolla un escribiente íntimamente vinculado a la jefa de prensa del Presidente, y como intocable vaca sagrada subsiste en sus páginas un ex-policía de Stroessner al servicio hoy de la propaganda desnacionalizante, además de privilegiado zoquetero del desastroso gobierno municipal colorado de Enrique Riera. Todos ellos desfasados exponentes de un país que quisiéramos olvidar.

La ciudadanía, que ya intuía esta vergonzosa simbiosis, tiene ahora el testimonio de los "autores confesos" del robo, que por alguna razón -probablemente de "pesos"- delatan a solo unos pocos chanchos de su chiquero. Confesión tardía de unos farsantes que no solo han pretendido presentarse como "luchadores contra la dictadura" y habilitar credenciales democráticas mientras los verdaderos héroes morían de hambre por desidia, también han intentado hacerse pasar por padres de la patria y prohombres de la democracia.

Un pedestal al que jamás podrían haberse elevado a juzgar por la conducta y afán de lucro antisocial, así como la carencia de ética, de la que han hecho gala en todos estos años contribuyendo al fracaso de esta transición.

RENEGADOS ALABARDEROS DE STROESSNER (II)

Un célebre escritor cuya obra fue objeto de censura y persecución por parte de las dictaduras neo-nazis que proliferaron en Latinoamérica, como subproducto de la guerra fría, escribió una vez: "No quieren que vean lo que escribo, porque escribo lo que veo". Muchos cronistas vernáculos de la historia bajo presión que debería ser el periodismo, a diferencia del caso mencionado, no escriben lo que ven por lo bien que paga la enceguecedora propaganda -ilegal, para colmo- del oficialismo, de acuerdo a lo que últimamente nos venimos enterando de la boca y pluma de algunos malos y envidiosos.

Muchos ciudadanos que consideramos que este país mendigo, exportador de braceros, tiene otras prioridades que superan el afán de lucro antisocial de la patria periodística, no podemos menos que asquearnos de la cobardía de quienes, desde el poder político, tiemblan ante la perspectiva de una prensa independiente y objetiva, comprando silencio cómplice a manos llenas con el dinero del pueblo. Lo mismo decimos de la inescrupulosidad de quienes abultan sus bolsillos chantajeando desde sus medios de comunicación, oficinas fantasma de por medio, en lugar de velar por el derecho a estar informado del respetable público.

Muchos de estos padres de la patria periodística son los mismos que se beneficiaron con tierras destinadas a la reforma agraria, en pago por sus buenos oficios de animadores de la "fecha feliz" de la Segunda Reconstrucción. De la agricultura de subsistencia pasaron pronto y sin escala al ramo de la comunicación, cuando el coronel Pablo Rojas obtuvo la bendición del general Stroessner para distraer dinero de la Intendencia del

Ejército, y usarlo para inaugurar radios y diarios al servicio de la propaganda del régimen. Es decir, estamos hablando de gente con vasta experiencia, que ha mamado del erario público desde sus humildes orígenes.

En un gesto desvergonzado de ingratitud e incoherencia, estos ahijados de la dictadura se abocaron a combatirla en su fase terminal. No por principios ni convicciones, obviamente, sino estimulados por la importante suma en dólares que la National Endowment for Democracy puso sobre la mesa, obligándoles su codicia sin límites a denostar contra sus otrora benefactores.

El sinuoso camino al éxito de estas familias señeras de la patria periodística, algunas de las cuales le cuestan al pueblo paraguayo alrededor de 2.500 millones de guaraníes al año sólo en desembolsos de Itaipú Binacional, no determina que deban ellos manifestarse agradecidos hacia el estado del que solo recibieron beneficios crematísticos, en todas estas décadas que llevan colgados de sus glándulas mamarias. Basta tener libre alguna mañana para escucharlos pontificar sobre modernismo, social-darwinismo y libertad económica con una soltura que envidiarían Adam Smith y Milton Friedman.

Ellos son los reyes Midas del marketing y la publicidad, los yuppies de la Banana Republic, los genios de la finanzas que solo merecen recibir pleitesía permanente de sus obsecuentes y serviles satélites en la constelación prebendaria.

Es interesante también observar con atención el efecto que causa comprarle publicidad a la patria periodística, sobre la imagen que proyectan nuestras instituciones públicas: la Industria Nacional del Cemento, el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, el Tribunal Superior de Justicia Electoral. A partir del momento del desembolso en las ventanillas de cobro del lupanar periodístico, como si nuestros héroes hubieran ingerido Peyote con alta concentración de Mescal, empiezan a ver todos esos antros de clientelismo y corrupción como milagrosos e inmaculados templos de paz celestial. Poco importa que Galaverna, cada vez más parecido a Jesse Helms, levante sus pies sobre el escritorio del presidente de la Justicia Electoral y le fume en la cara, mientras este sumiso le abanique postrado a sus pies, mientras hace de alfombra para ambos la Constitución Nacional.

La producción de la INC adquiere como mínimo capacidad para abastecer los mercados de EEUU y China Continental, nuestros índices de Salud Pública empiezan a competir con los de Suiza y Finlandia, los procesos eleccionarios se llevan adelante con una pulcritud que envidiarían los súbditos británicos de su graciosa majestad. Todo ello con una administración cuya honestidad y altruismo despertarían la admiración de Marco Aurelio.

Ni falta hace mencionar que Itaipú Binacional se convierte en una empresa capaz de iluminar todo el hemisferio, desde el Polo Sur a Canadá, aunque los asuncenos sepamos por experiencia, que cualquier ventisca de poca monta deja Asunción por varios días más oscura que Londres tras el embate de los Stukas en la Segunda Guerra Mundial.

Todas estas delicias de una comarca tan certeramente definida por un filósofo contemporáneo, como "País de Maravillas", asiento de una élite capaz de superar el genio de Mosca y Pareto, y de metamorfosis que van más allá de la imaginación de Franz Kafka.

EL NARCOTRÀFICO Y ABC COLOR, LA DICTADURA Y LA PRENSA (III)

En cartas que varios medios de variado tiraje tuvieron el coraje de publicar, me referí al manejo politizado, clientelista y corrupto de nuestra deplorable Justicia Electoral. Mas allá de la publicación, sin embargo, fueron muy magros los resultados de estas criticas y denuncias concretas, sobre todo porque la mayoría de los medios de comunicación -beneficiarios de millonarios ingresos por la ridícula publicidad del TSJE- se encontraban mucho más interesados en facturar con la propaganda de los Zambonini y los Mochito en lugar de velar por la transparencia de los procesos eleccionarios.

Aunque ahora hayan estallado los turbios y torcidos manejos de la deplorable Justicia Electoral y se hayan hecho vox pópuli, es conveniente no hacerse muchas ilusiones de la actitud que puedan adoptar ciertos medios de comunicación, ensimismados en su abyección financiada, Itaipú y otras ubérrimas instituciones públicas mediante, por el robo descarado al desnudo y hambriento pueblo paraguayo.

Para entender todas estas escandalosas iniquidades, basta hacer memoria sobre los orígenes de estos infatuados diarios, radios y canales de TV, de tal suerte a comprender que ninguno de ellos nació para honrar la objetividad de la información precisamente.

Cuando a mediados de los años 60 el importador sirio-libanés de cigarrillos, telas y bebidas Elías A. Saba, el número 2 del régimen militar -insistentemente vinculado al narcotráfico, de acuerdo a prestigiosas fuentes norteamericanas-, Andrés Rodríguez, y el empresario del entorno estronista Aldo Zuccolillo aunaron esfuerzos para el alumbramiento de "ABC Color", las facilidades para importar rotativas offset sin pagar impuestos y otros privilegios, así como el interés de recuperar el negocio de combustibles perdido con la entrada en operaciones de la refinería de Villa Elisa, pesaron obviamente mucho más que el afán de promover la ética periodística y la veracidad de la información.

Pasaron varias décadas para que este diario joven con fe en la patria y delirios de poder paralelo dejara de manifestar su obsecuencia al único líder y agradecer su "grata presencia" en los brindis por su aniversario, y empezara a descubrir las "atrocidades de la dictadura". Y esto último solo porque para entonces su propietario ya se había embarcado en construir su propia plataforma política (el plan "Zeta").

La combativa militante comunista Idalina Gaona ("camarada Alicia", según los Archivos del Terror) me confió en una oportunidad que estando detenida por la policía de la dictadura, solía alternar las sesiones en que recibía torturas con los encendidos discursos anticomunistas que los hermanos Levi Ruffinelli iban a pronunciar con frecuencia, por falta de otro auditorio, ante los presos políticos, a quienes buscaban lavar el cerebro en beneficio de la civilización occidental y cristiana. Fernando Levi Ruffinelli, que era incapaz de reunir el suficiente número de seguidores para conformar su directorio, había sido la "brillante elección" de Zuccolillo como vocero de su "Plan Z". Detalle que por sí solo explica el fracaso del proyecto.

La historia de otro medio al que últimamente le andamos debiendo la refulgente libertad y esplendorosa democracia en que vivimos, el Canal 9 TV "Cerro Corá" (?), no se aleja mucho de la regla general en lo que historial respecta dentro de la patria periodística, por lo que podríamos afirmar que se ha apartado bastante de los ideales de glorificar a la dictadura que le alentaban cuando transmitía desde el viejo edificio del Instituto de Previsión Social, en Constitución casi Pettirossi, que había sido cedido gentilmente por Emilio Cubas a un pariente de doña Eligia Mora de Stroessner. Para estar a tono con Ñanduti y Última Hora, montados con dinero público distraído por el coronel Pablo Rojas de la Intendencia Militar, el Canal 9 se equipó con fondos del Ministerio de Hacienda que Stroessner autorizó utilizar al efecto a su ministro César Barrientos.

En tradición que aún hoy mantiene nuestra pundonorosa patria periodística, a la que le llueve generoso el dinero público de Itaipú y otros entes del estado, lo público y privado estuvieron confundidos desde un principio en este canal de noticieros tan puntillosamente selectivos en cobertura. El Canal 9 contó, está demás decirlo, con irrestricto respaldo oficial y dinero del pueblo a manos llenas, como todo medio de comunicación que prospera en el Paraguay hasta el día de hoy.

Las ganancias -tradición también rígidamente respetada-, al contrario de las inversiones, que son siempre públicas, acaban invariablemente siendo privadas.

Así fue que luego de los sucesos del 3 de febrero de 1989 este medio televisivo, cuyo montaje lo pagó el pueblo con sangre, sudor y lágrimas, acabó "privatizado" por la familia del consuegro, que lo asimiló sin mayor trámite a su patrimonio. No implica todo esto que floten bajos los humos de los operarios del canal en cuestión, ídolos del "periodismo serio" al servicio del capital charro, desembarcado por estas playas solo para torturarnos con sus grotescos culebrones.

Además, por supuesto, de facturar crecidos beneficios por publicitar a la Justicia Electoral y a otros antros de clientelismo y corrupción que acostumbran comprar así silencio cómplice con el dinero del pueblo

INCOHERENCIA DE LA PATRIA PERIODÌSTICA (IV)

La nucleación estadounidense de lingüistas acostumbra entregar anualmente el denominado "Premio Orwell" a quienes se destacan sacando a luz casos de doble discurso, galardón que correspondió en 1997 al catedrático del Massachussets Institute of Technology (MIT) Noam Chomsky, en reconocimiento a su libro "Los guardianes de la libertad" (expresión alusiva a los medios de comunicación), donde desnuda la forma en que el gobierno estadounidense ha presionado en algunos casos a medios masivos para ocultar datos relevantes de actualidad política, de tal suerte a asegurar la no discrepancia de los hechos por parte del público receptor.

No quiero imaginarme el libro que Chomsky escribiría sobre ciertos maestros del apriete de la comunicación paraguaya, especialistas en hablar de corrupción política y judicial sin tener nada que envidiar a estos estamentos, y diestros en arrollar a la ciudadanía paraguaya fomentando el sentimiento de impotencia, para promover así el cinismo y la aceptación del continuismo. Todo esto solo para seguir vendiendo a un alto precio su silencio cómplice a la corrupción oficial, que invierte generosa en "publicidad" un dinero que no le pertenece, como si la credibilidad de nuestras instituciones públicas se pudiera construir desviando fondos sociales de Itaipú o pagando espacios y costosas solicitadas -como en el caso del deplorable TSJE- solo para comprar periodistas en el mercado de las conciencias venales.

Si alguien pretende negar hasta qué punto el periodista ha sido siempre considerado apenas una mercancía en nuestro país, valga recordar que cuando estuvo en la calle el diario Noticias (una especie de joint Venture informal entre Stroessner y Nicolás Bo Parodi, al igual que canal 13) ya contaba entre sus redactores a varios ex-periodistas de ABC color, a pocos meses que éste último hubiera cerrado en marzo de 1984, como corolario del genial Plan Zeta de su propietario, que frustró así su carrera política. Para colmo, el mismo jefe de redacción de ABC (Luis Alberto Mauro), dando un ejemplo de dignidad y lealtad a su jefe, se pasó con las mismas funciones a Noticias.

Que hoy no exista una censura formal en nuestro país como la que clausuró diarios en otro tiempo solo implica que el sistema propagandístico oficialista intenta burdamente ocultarse, tanto más cuando el gobierno que lo sustenta supuestamente es el objetivo principal de sus ataques simulados.

No impide esto que ellos pretendan autocalificarse enérgicamente como portavoces de la libertad de expresión y de los intereses generales de la sociedad paraguaya, siendo apenas obsecuentes servidores de los intereses dominantes en la corrupta actividad estatal y privada del país.

Uno de los miembros de esta patria periodística, Humberto Rubìn, que saltó al estrellato como animador de la fecha feliz de la Segunda Reconstrucción -para luego renegar de su identidad política por dólares y directivas contradictorias provenientes del norte- sigue intentando autopostularse como un "gran luchador" mientras ejerce de ministro sin cartera desde su radio.

Entretanto, utiliza el dinero público de Itaipú Binacional para auspiciar en su espacio de TV programas tan comprometidos con la patria como el debate entre dos coristas de un show televisivo de baile erótico.

En el segundo tomo de su libro "Los dueños de Argentina", el periodista Luis Majul denunció el acuerdo extra-publicitario entre Daniel Hadad (uno de los favorecidos de Alfredo Yabrán) y la empresa Benito Roggio, por el que el primero recibía 3.000 dólares mensuales sin la contrapartida de publicidad.

El caso de Hadad, quien tiene en su haber frases tan coquetas como "para una empresa informativa, ganar dinero es un deber ético", hizo afirmar a algunos que Argentina encabeza la lista de países con menor objetividad entre sus medios masivos. Yo me preguntaría en qué categoría se encuentra Paraguay, donde abundan acuerdos aun más deshonrosos y por cifras que superan los tres mil dólares en varios dígitos.

Sabemos que a pesar de tanta jactancia estúpida, es bien conocida la dependencia informativa que padecen estos medios autóctonos del suministro institucional de datos avalados por el gobierno, empresas vinculadas al mismo u otros agentes de poder. Así mantienen una relación de mutuo interés con las fuentes de información del establishment porque ambas se benefician de esta lucrativa actividad. La fuente vinculada al gobierno difunde su "versión oficial" y el medio se fía de esta pudiendo asegurar el origen "veraz y objetivo" de la información proveída por los más grandes mentirosos. Además, estos medios le resulta conveniente ahorrar los costos de una auténtica investigación periodística, que puede producir una incómoda información poco clara que además podría despertar protestas, reclamaciones o retiros de auspicio.

El resultado es que todo lo que el pueblo recibe de estos medios así limitados, que muchas veces para colmo albergan periodistas que reciben salarios de gobiernos o medios extranjeros, son subproductos de campañas de propaganda y descrédito iniciadas por un gobierno o empresa de comunicación hacia otro gobierno u otro medio. Por lo general con fines políticos que no siempre respetan los auténticos valores democráticos.

Nada más coherente con medios de difusión que en su mayoría se montaron o fueron traspasados por capitales manchados con sangre, que solo se dedican a defender indignantes privilegios, y que se cuentan entre los principales responsables del rumbo errático y lunático de esta transición. Después de todo, el desempeño de las responsabilidades políticas se hace en su mayor parte con información que se recibe.

TRANSCRIBIMOS DE NEMESIO BARRETO MONZÒN:

Cuando la CIA inició sus compras en Paraguay
barreto (at) rieder.net.py

El autoritario Dr. Carl Gershman, presidente de la NED, había venido “de compras a Paraguay”, pero no compró artesanía paraguaya sino otros “objetos de dudoso valor”.

En una carta de marzo de 1989 (1) el entonces embajador norteamericano en Asunción, Timothy Towell (2) reconoció que numerosas instituciones paraguayas habían recibido dinero de la National Endowment for Democracy (NED). Esta organización, “Fomento de la Democracia”, tenía desde 1985 una oficina en Montevideo, Uruguay. El embajador Timothy Towell mencionaba en su carta a los que recibieron dinero, entre ellos a “dirigentes laborales, medios de prensa, académicos”, etc. En cuanto “a los proyectos que están siendo considerados para asistencia futura -decía Towell- una lista definitiva y una distribución de los fondos aun se encuentran bajo estudio”. El embajador hacía también referencia a “los objetivos de la visita del Dr. Carl Gershman” a Paraguay. El “ilustre visitante”, el Dr. Gershman (3), presidente de la NED, había venido “de compras a Paraguay”, pero no compró artesanía paraguaya sino otros “objetos de dudoso valor”.

Un año antes de la clausura del diario “Abc-color” empezaron los rumores de que “una moderada suma de dinero” del gobierno norteamericano había ingresado a Paraguay con el objetivo de promover un cambio ajustado a los intereses norteamericanos. Era la época de los embajadores Arthur H. Davis (Jr.) y de Clyde Taylor. Este rumor, aunque solo en parte, no se confirmaría sino mucho tiempo después por la propia embajada de los Estados Unidos de América en Asunción. El generoso hombre de la billetera norteamericana no era otro que el señor Agustín Torres Lazo. Por entonces, y desde 1979, funcionaba en Asunción el “Instituto Americano para el Desarrollo del Sindicalismo Libre” (IADSL), que tenía su oficina en la calle Montevideo N° 822 (Archivo del Terror, Microfilm 00189F-0031). El Director del “Instituto” era Agustín Torres Lazo, un hombre vinculado a los americanos y a sus órganos de inteligencia. Fue suya la “genial” idea de incluir también a los patrones en el Sindicato de Periodistas del Paraguay.

Agustín Torres Lazo –ex diplomático nicaragüense nacionalizado norteamericano- consiguió en 1979 que el Departamento de Estado invitara por primera vez al ex policía Alcibíades González Delvalle. Así nació una fructífera relación entre el agente de los norteamericanos y el ex policía Alcibíades González Delvalle. Siempre en el rubro sindical, Torres Lazo también trabó amistad con Víctor Báez Mosqueira, quien al poco tiempo se convirtió en hombre de confianza de la embajada norteamericana en Paraguay (Archivos del Terror. Microfilm N° 00045F 2336). Báez Mosqueira fundó después el Movimiento Intersindical de Trabajadores (MIT), hoy es Secretario de la “Confederación Internacional de Organizaciones y Sindicatos Libres” (CIOSL). Más adelante aparecerían en escena otros dos hombres de muy diverso valor en metálico: Humberto Rubín y Aldo Zoccolillo, propietarios de Radio Nandutí y del diario “Abc-color” respectivamente. Rubín y Zuccolillo fueron invitados en noviembre de 1986 por George Bush, entonces Vicepresidente de los Estados Unidos de América (Archivo del Terror. Microfilm N° 00020F 0743).

El Informe de la National Endowment for Democracy (NED) 1987-1989

En 1987 Radio Ñandutí recibió de la NED 121.880 dólares “para la conducción de formas de orientación democrática con énfasis en la activa participación de la audiencia en su auditorio de 300 sillas”. Otros 92.400 dólares recibió de la NED para aguantar “las presiones gubernamentales”. Poco después recibió 86.900 dólares “para la compra de un nuevo transmisor”. A esto debe sumarse otros 41.000 dólares “para la publicación de libros”. En cifras redondas, Humberto Rubín recibió 342.000 de la NED. En cuanto al señor de la CIOSL, Víctor Báez Mosqueira, entonces líder del Movimiento Intersindical de Trabajadores, recibió de la NED 92.688 dólares “para fortalecer la libertad de los sindicatos”. Resumiendo, los clientes de la NED en Paraguay recibieron en conjunto 1.074.584 dólares entre 1987 y 1989. En un próximo artículo se dará a conocer la lista completa de los viejos y nuevos clientes de la NED, IAF, FREEDOM HOUSE, etc.

NOTAS:

1) Carta de Timothy Towell, del 13 de marzo de 1989, dirigida a Joaquín Burgos y Carlos Ferreira Ybarra. Fotocopia autenticada en poder del autor.

2) Timothy Lathrop Towell fue embajador desde el 26 de septiembre de 1988 hasta el 27 de abril de 1991. “Un acicalado individuo de unos sesenta años, elegantemente vestido (blazer azul, camisa blanca y corbata a rayas diagonales) se alzó entre el círculo de mesas. Era Timothy Towell, el jubilado y antiguo, pero omnipresente, embajador de EE.UU. en Paraguay. Luego de hablar de la manera de contrarrestar la amenaza de Chávez, alardeó: "He trabajado con John Maisto durante años, desde que estuvimos juntos en Cochabamba, Bolivia en 1967, cuando nos libramos de Che Guevara. Si eliminamos una amenaza, podemos librarnos de otras”. Fuente: La Fogata - Internacional. El Maestro Maisto (que va a estar en Mar del Plata) y la muerte de Che. Juan Bolipaine Rebelión Traducido para Rebelión por Germán Leyens. www.lafogata.org/05inter/inter11/in_4-2.htm - 13k -

3) Carl Gershman. Director del Fondo Nacional por la Democracia (NED). Que el señor Gershman no es ningún demócrata quedó en evidencia en agosto de 2005 en Estocolmo, Suecia, cuando a Eva Golinger, autora del libro El Código Chávez, (The Chavez Code: Cracking U.S. Intervention in Venezuela), Carl Gershman no le permitió participar en un panel. Joshua Mata, testigo presencial, señala cuanto sigue: “La confrontación entre Estados Unidos y Venezuela pasó a primer plano en el Encuentro de Fundaciones que Promueven la Democracia realizado en Estocolmo entre el 28 y 30 de agosto de 2005. En lo que muchos han considerado un despliegue escandaloso de unilateralidad y arrogancia, Carl Geshman, prohibió la presencia de la abogada estadounidense-venezolana Eva Gollinger en el panel”. Fuente: “La confrontación entre Estados Unidos y Venezuela”. www.focusweb.org/confrontaci-n-entre-estados-unidos-y-venezuela-tensiona-reuni-n-sobre-democ.html - 89k - Véase, asimismo, el diario sueco “Aftonbladet”: “Hon får inte delta” (“Ella no puede participar”). Artículo firmado por el periodista sueco Björn Kumm. Estocolmo, Suecia, 30 de agosto de 2005
 
 
 

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