El gobierno paraguayo denunció este viernes 28 de marzo que Estados Unidos busca presionarlo a través de las donaciones de USAID para que permita manejar desde Washington la identificación de los ciudadanos paraguayos, consintiendo la adjudicación de una licitación para la confección de documentos de identidad a una empresa norteamericana
El nuevo atropello se produce en el marco de una herramienta de la embajada norteamericana para inficionar las instituciones paraguayas, que se disfraza de cooperación bilateral en un denominado “Plan Umbral”, y el gobierno del presidente Nicanor Duarte Frutos ha reaccionado planteando una formal denuncia a la administración de George W. Bush.
La denuncia se basa en las protestas de tres empresas (Compañía On Track Innovations Ltd (OTI), Cámara de Comercio Paraguayo-Americana, y Euro Invest Panamericana ) que fueron descalificadas en forma arbitraria y discrecional de las licitaciones, y se suma al creciente malestar entre las autoridades paraguayas con el embajador James Cason, conocido en varios países latinoamericanos por su irrefrenable afán intervencionista. Manejar el departamento de identificación de personas permitiría a Estados Unidos influenciar inclusive sobre los procesos electorales paraguayos, y definir las elecciones desde Washington.
Es común que Estados Unidos determine en Paraguay la utilización que se dará a sus supuestas donaciones, que en realidad son negociados entre sus agentes diplomáticos y empresas norteamericanas que son adjudicadas para realizar los supuestos aportes, dirigidos invariablemente a favorecer los intereses de Estados Unidos en Paraguay.
Una vez más, en este caso que involucra una licitación por unos seis millones de dólares, el gobierno de los EEUU estaría tratando de presionar al Estado paraguayo a través de su supuesta cooperación económica, para que se adecue a sus intereses políticos. El Poder Ejecutivo paraguayo, por su parte, se mostró decidido a defender su soberanía y su independencia en la decisión sobre sistema económico e ideología política con respecto al gobierno de los EEUU.
Como tantas otras veces, es también una empresa norteamericana la que maneja el proceso licitatorio, y las empresas marginadas hicieron pública una protesta donde afirman que USAID ha violado el pliego de bases y condiciones, y que adjudicación pretende hacerse a una empresa que manejará desde su base en Estados Unidos el código fuente y la base de datos sobre la población paraguaya. Con este modus operando la embajada norteamericana maneja varias instituciones vitales en los poderes del estado de Paraguay, y algunos programas como el de la lucha contra el narcotráfico se desarrollan bajo la atenta supervisión estadounidense, a pesar de que los aeropuertos paraguayos carecen de radares en funcionamiento desde hace más de quince años.
La denuncia contra USAID en Paraguay se suma a las recibidas en Bolivia por parte de Evo Morales, quien acusó en reiteradas oportunidades al embajador Philip Goldberg de utilizar a dicho organismo para intervenir y desestabilizar a su gobierno.
Esta nueva denuncia de ingerencia norteamericana se da a pocas semanas de las elecciones en Paraguay, donde el partido gobernante enfrentará una dura prueba ante una coalición que candidata a un obispo católico, apoyado por importantes referentes de su iglesia y consentido por la jerarquía del culto, y rodeado por organizaciones que reciben fuertes donaciones de la embajada norteamericana de Asunción. Se destaca entre estos grupos el Movimiento Tekojojá, principal grupo impulsor de la candidatura del Obispo Fernando Lugo, y que desvía hacia el electoralismo fuertes sumas recibidas de USAID a través de una ONG fantasma denominada Gestión Local.
Muchas otras organizaciones fantasmas que dicen defender derechos de las mujeres, los indígenas o de los niños abandonados también son subsidiadas por estos organismos de coacción imperialista, además de intervenir activamente como opositores en política partidaria en lugar de ocuparse de sus propios asuntos.
Otro estamento fuertemente identificado con los intereses norteamericanos en Paraguay es el periodístico, salpicado de reconocidos operadores de los intereses imperialistas y depositarios de fuertes sumas donadas por la National Endowment for Democracy para publicitar la cosmovisión del consenso de Washington.
La supuesta ayuda estadounidense al Paraguay cuenta con frondosos antecedentes en este sentido, desde tiempos de la Alianza para el progreso que impulsara el presidente Kennedy. Durante la longeva dictadura militar de Alfredo Stroessner, el respaldo en materia represiva se hizo patente desde un principio, facilitándose experimentados torturadores como el Coronel Robert K. Thierry, quien organizaría el aparato represivo del ministerio del interior. La inteligencia estadounidense contribuiría en forma decisiva para que el dictador supere todas sus crisis internas, especialmente después de la entrevista que sostuvieron en 1956 en Panamá Stroessner y el presidente norteamericano Dwight Eisenhower, donde este último obtuvo la promesa de que el Paraguay se convertiría en la fortaleza anticomunista del Cono Sur. Lo poco que la dictadura pudo hacer en materia de infraestructura, se debió a esta fuerte indentificación con los intereses de Washington en su enfrentamiento con Moscú.
En un telegrama enviado a Washington por la embajada norteamericana el 16 de mayo de 1956, se constataba que Stroessner informaba al embajador Ageton -y por extensión a Estados Unidos- acerca de los cambios que pensaba introducir en su gabinete, mucho antes que lo supieran sus más cercanos colaboradores o la opinión pública paraguaya.
La represión recibía generoso apoyo logístico a cambio de proclamarse pública y periódicamente rabiosamente anticomunista. Cuando no se trataba de servicios de inteligencia, donaciones al contado o adiestradores de represores, llegaba en forma de créditos adjudicados por instituciones financieras controladas por el gobierno norteamericano como la AID, el Export-Import Bank, el Inter-American Development Bank, el Internacional Monetary Found y el World Bank.
El epílogo de la guerra fría y el acercamiento del Paraguay a los gobiernos del MERCOSUR han hecho tomar distancia en los últimos años de aquellos carnales reracionamientos en tiempos de la dictadura, situación que la embajada norteamericana busca revertir financiando a la mayoría de los partidos opositores al gobierno y promoviendo la alternancia en el poder este 20 de abril.