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Close Guantánamo!

GUANTÁNAMO.— Luchadores civiles estadounidenses, entre quienes se cuentan relevantes figuras del movimiento contra la guerra en Iraq, familiares de prisioneros y ex prisioneros, llegarán este jueves hasta las inmediaciones de la Base Naval para exigir el cese de la ocupación y el desmantelamiento de la ilegal cárcel que mantiene EE.UU. en esa instalación en la bahía de Guantánamo, territorio usurpado a Cuba.
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Demandan cierre inmediato de la prisión de la Base Naval de Guantánamo

• Delegación pacifista encabezada por Cindy Sheehan de visita en Cuba califica a Bush de tirano y dictador en ocasión del 5º aniversario de la llegada de los primeros prisioneros tras la invasión por tropas estadounidenses a Afganistán e Iraq

POR HAYDEE LEON MOYA—de Granma Internacional—

UN ex prisionero de la Base Naval de Guantánamo, madres que sufren las consecuencias de la política guerrerista del Gobierno de George W. Bush, y otros activistas por la paz procedentes de Estados Unidos, reclamaron este martes en La Habana el cierre inmediato de la cárcel de la Base Naval de Guantánamo. En este territorio de Cuba usurpado por EE.UU. permanecen encarcelados desde el 11 de enero del 2002, unos 400 prisioneros acusados de pertenecer a Al Qaeda, sin que hasta la fecha se les haya realizado juicio y sin respeto alguno a las convenciones del derecho internacional.
Cindy Sheehan, madre del soldado norteamericano Casey Sheehan, muerto en Iraq, dijo estar completamente avergonzada del Gobierno de su país, pero muy orgullosa de los norteamericanos que han viajado a Cuba para denunciar esta actividad bárbara que tiene lugar en Guantánamo. George Bush llama a muchos líderes del mundo tiranos y dictadores cuando él mismo está actuando como un tirano y un dictador", reiteró Sheehan, quien encabeza el grupo pacifista integrado por más de 15 personas entre familiares de prisioneros, ex prisioneros, activistas de derechos humanos y abogados que participaron en una marcha de protesta en las inmediaciones del enclave militar norteamericano en territorio cubano.
Aseguró que casi tres cuartas partes de sus compatriotas estadounidenses desean que las tropas inicien ya la retirada de las tropas de EE.UU. de Iraq y dijo que el pueblo norteamericano debe forzar al Gobierno a hacerlo.
Durante una conferencia de prensa en la sede del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, en la capital cubana, Sheehan calificó a George W. Bush y su Administración como enemigos de la Humanidad. Nosotros queremos un trato justo para los presos en Guantánamo, pues las imágenes de allí son horrorosas.
Yo estaba preocupada de una manera increíble cuando mi hijo estuvo en Iraq, comentó, hasta que murió cinco días después de llegar allá, y se me partió el corazón y entré en este mundo de dolor. Tenemos que desafiar a nuestro Congreso, a cada miembro del Congreso Norteamericano para que ayuden a restaurar el derecho al “hábeas corpus” y que quiten del poder a los bárbaros de la Administración de Bush, para que Estados Unidos sea un país del cual todos nos podamos sentir orgullosos, expresó Sheehan.
Medea Benjamin, activista de Global Exchange y CodePink, dos organizaciones norteamericanas que auspiciaron este viaje, al ofrecer detalles de las actividades que realizarían dijo que estas coinciden con el 5to. aniversario de la apertura de la prisión en Guantánamo.
Ante representantes de varios medios internacionales de prensa y visiblemente desconsolada, Zohra Zewawi, madre del joven preso en Guantánamo, Omar Deghayes, demandó la excarcelación de su hijo, a quien su hermano Taher Deghayes, también presente en la conferencia de prensa, describió como un joven religioso islámico contrario al terrorismo y a la violencia.
Asif Iqbal, un británico de origen árabe, de 25 años de edad, cuyos padres son de origen paquistaní, detenido hace cinco años en Afganistán y confinado durante dos años y medio en Guantánamo sin juicio ni cargos, contó que aunque fue liberado hace dos años, no hay día en que no lleve esa prisión de Guantánamo a su memoria. “Allí fui interrogado y torturado junto a dos amigos durante varios meses, hasta que todos confesamos haber asistido a una reunión de Al Qaeda en la que nunca estuvimos en realidad”. Ese es el temor que tengo, advirtió, que a muchos los torturan y confiesan aunque son inocentes, apuntó Asif. He venido a exigir el cierre de ese infierno, afirmó.
Entre los conmovedores testimonios narrados por los integrantes de este grupo pacifista, estuvo el de la norteamericana Adele Welty, madre del bombero que murió en funciones de trabajo durante el atentado terrorista a las Torres Gemelas.
Mi hijo tenía 34 años al morir. Era hermoso, fuerte y cariñoso y trataba de salvar vidas en ese desastre. Después de dos meses de desesperación sin saber de él, fue que me informaron oficialmente que estaba muerto, comentó muy perturbada por el recuerdo.
Nunca había puesto mucha atención a lo que pasaba en Guantánamo, comentó, porque como muchos norteamericanos, en mi mente tenía una conexión entre el 11 de septiembre y lo que sucedía en esa prisión, pero después de que me pidieron venir, empecé a leer sobre lo que está sucediendo, y es doloroso saber que tanta gente está sufriendo, no sólo los presos sino también sus familias. Cuando regrese a mi país, espero poder compartir con otras personas mis vivencias porque no podemos seguir permitiendo que el Gobierno cometa semejantes crímenes en nombre del pueblo norteamericano.
Con una carrera militar de 29 años en el Ejército estadounidense y 16 en el cuerpo diplomático de ese país, la coronela retirada Ann Wright, quien a raíz de la invasión de EE.UU. a Iraq renunció a sus funciones diplomáticas en protesta por ese demencial acto guerrerista, expresó estar horrorizada por lo que está haciendo la Administración de su país en todas partes del mundo.
De las 770 personas que han sido encarceladas en Guantánamo, detalló cómo alrededor de 400 prisioneros han sido liberados sin cargos y sin disculpas; 370 siguen presos y el Gobierno de Bush dice que sólo entre 50 y 70 de ellos llegarán a ser enjuiciados. Entonces, ¿por qué los otros 300 siguen en Guantánamo? Tienen que presentarse las pruebas, pero como no las presentan y por el contrario los torturan, esos presos tienen que ser liberados, y la prisión de Guantánamo, cerrada.
La Administración de Bush ha virado al revés la ley militar norteamericana y el Congreso estadounidense se ha dejado utilizar por la Administración para aprobar la Ley de Comisiones Militares. Exigimos la revocación de esa ley y que se ponga en vigor de nuevo la Constitución de nuestro país.
Como experta en el tema, Wrigth consideró inútil e irracional el envío de otros 20 mil soldados estadounidenses a Iraq, según anunció el presidente de Estados Unidos, pues esa acción provocará más muertes.
El abogado Bill Goodman, director jurídico del Centro por los Derechos Constitucionales, de Nueva York, dijo que esa institución ha dirigido la lucha por la justicia a favor de los detenidos en Guantánamo y por otras víctimas de violaciones de sus derechos en Estados Unidos desde el 11 de septiembre, y afirmó que su instrumento jurídico ha sido el recurso de hábeas corpus. Este derecho existe desde antes del siglo XIII, básicamente como el derecho de las personas de ser protegidas.
Es el derecho de todos a no ser detenidos sin tener un juicio que sea decente, justo e imparcial. Esto no es un abstracto derecho legal. Cuando las personas pueden ser detenidas sin ningún cargo en su contra y sin ninguna prueba en su contra, las vidas de muchas personas son destruidas, como hemos escuchado hoy de una manera tan conmovedora, afirmó.
“La Administración Bush ha decidido destruir este derecho y todos los derechos democráticos de los norteamericanos en general, sentenció.
Días antes de la conferencia de prensa, la delegación pacifista visitó la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), un proyecto en el que estudian gratuitamente más de 10 mil jóvenes de varios países, incluidos 91 estadounidenses. ( www.elacm.sld.cu )
Durante el intercambio con dirigentes y estudiantes de ese centro, los visitantes quedaron impresionados con las experiencias narradas por varios estudiantes sobre su formación en la Isla, entre ellos el joven estadounidense Michael Oates, quien afirmó que sus estudios en Cuba, sin duda, le permitirán no ver al paciente como un cliente, sino como una persona enferma, necesitada de atención y afecto. Cuando regrese a mi país, aseguró, no sólo seré un doctor integral, seré el líder de los cambios necesarios en mi natal Chicago, Illinois.
Los activistas contra la guerra también visitaron el hospital oftalmológico Ramón Pando Ferrer, de la capital cubana, donde conocieron que como parte de la llamada Operación Milagro, unos 500 mil pacientes han sido intervenidos, desde el año 2004 hasta la fecha. El director de esa institución, Marcelino Río Torres, destacó que esa humanitaria misión, la cual benefició en sus inicios a pacientes venezolanos, se extiende hoy a 28 países.

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Condenan ilegalidades en la Base Naval de Guantánamo

Una ex militar, que renunció a su puesto en la diplomacia norteamericana, y un abogado que lucha por la justicia para los reos virtualmente secuestrados en la instalación convertida en cárcel

Por: Marina Menéndez Quintero, enviada especial

Correo: mmenendez-AT-jrebelde.cip.cu

11 de enero de 2007

GUANTÁNAMO.— En un gesto de respeto para quienes «la vista de este uniforme resulta dolorosa», la ex coronel del ejército de Estados Unidos Ann Wright se despojó de la chaqueta de camuflaje que «representa 30 años de mi vida» y que usa ahora, únicamente, como «símbolo de lo que nuestros militares debieran hacer... Ellos han sido obligados por la administración Bush a realizar muchas ilegalidades».
Su gesto fue uno de los más hermosos vistos en el encuentro entre los pacifistas estadounidenses que este jueves protestarán ante la ilegal Base Naval enclavada en este pedazo de la Isla, y los habitantes de una ciudad a la que Wright ofreció disculpas por los actos «deplorables» que están ocurriendo muy cerca de aquí. «Como yo respeto al Ejército de Estados Unidos y siento vergüenza, les pido perdón».
Pero su acto fue también signo elocuente y representativo del cada vez más amplio espectro que en su país reprueba la política exterior de W. Bush y, concretamente su guerra «antiterrorista», así como las arbitrariedades cometidas contra los reos capturados en Afganistán e Iraq, al son del mismo discurso. Cuatrocientos permanecen detenidos sin causa judicial allí.
El desacuerdo, y la contradicción interna que genera, constituyen el costo que, junto a las víctimas inocentes iraquíes, pagan en Estados Unidos quienes Ann Wright denomina «empleados del sistema». Y son muchos dentro de las fuerzas armadas y en los círculos cercanos al poder a los que ella perteneció hasta hace poco más de tres años.
Se trata de «un peso demasiado elevado para todos los que trabajan en el Departamento de Estado, en el de Justicia, o en la misma Base Naval.
«Todas las leyes de EE.UU. están siendo violadas. Se han minado los fundamentos de la justicia», enfatiza Wright.
Conoció de cerca el desempeño centroamericano de la era de Ronald Reagan; más de una vez estuvo en desacuerdo con alguna política, pero trabajaba como una profesional de carrera «con cualquiera que el pueblo hubiera seleccionado para estar en el gobierno».
Así, durante 35 años laboró con distintas administraciones: primero en la filas castrenses por 29 años, y luego 16 como diplomática, labor que la llevó por las embajadas de Estados Unidos en Nicaragua, Granada, Panamá, Somalia, Uzbekistán, Kirguistán, Sierra Leona, Micronesia...
Reabrió la sede diplomática de su país en la capital afgana, Kabul, en diciembre de 2001, después de la ocupación. Sería lo último que haría desde el oficialismo. Le tomó tiempo, pero al fin tomó la decisión que cambiaría el rumbo de su vida.
Sabía que esta guerra, la de Iraq, iba a ser muy peligrosa para el mundo. «Se trata de una nación musulmana y rica en petróleo que no había hecho nada a mi país y que EE.UU. invadió», anota cuando desempolva recuerdos.
Ahora se dedica al activismo social y político en contra de la guerra y de las arbitrariedades cometidas contra los reos. Usa un pulóver que reza «No nos quedaremos callados».
Se siente afortunada de haber renunciado y experimenta un verdadero alivio que la ha puesto a bien con su conciencia. Ahora es libre.
«Estoy trabajando para detener las injusticias, me siento mucho mejor».
En el mismo centro de la Plaza Mariana Grajales, de Guantánamo, Ann Wright accedió a un breve diálogo.
Su vida ha cambiado de modo radical. «No podría soportar otra administración como esta».
El disgusto en el país crece. Apabullados por la ilegalidad de una confrontación que ya ha dejado más de tres mil víctimas fatales en las tropas ocupantes, ocho mil soldados norteamericanos han desertado: «200 viven en Canadá y 14 que se han entregado a las autoridades militares y dicho: “Castíguenme, porque no vuelvo a Iraq”», cuenta.
Lo mismo hizo un oficial designado, quien será llevado ante la corte marcial en febrero. Hay 1 500 del servicio activo que firmaron una petición pidiendo: «Sáquenme de Iraq».
«Esto es increíble, porque el castigo para ellos puede ser muy costoso. Pero hay oficiales alertando que esta guerra es equivocada. Tenemos casi una revuelta dentro de los militares».
Las posturas no se limitan a la protesta. «Queremos que el Congreso investigue todas las denuncias, y si las evidencias lo permiten, Bush debe ser enjuiciado mediante el impeachment».
Ann Wright ha sido arrestada seis veces por manifestarse a favor de la paz, y considera que seguramente volverá a serlo a su llegada a Washington. Pero asegura que no desistirá.

UNA MONTAÑA DE ILEGALIDADES

Poco se puede desde la justicia frente a una administración que burla constantemente la legalidad. Por eso el abogado Bill Goodman, director del Centro por los Derechos Constitucionales de EE.UU., reconoce la necesidad de la lucha social para detener las arbitrariedades de un gobierno que viola la Convención de Ginebra, desconociendo a los reos de su proclamada lucha contra el terror, hasta el derecho elemental al hábeas corpus: una figura recogida, incluso, en la Constitución estadounidense.
«Hacen falta ambas cosas: la batalla legal en las cortes y la lucha política mediante la organización de las personas», reafirma a JR. «Hasta que la gente no entienda la necesidad de ese cambio y lo exijan, el cambio no se dará», afirma.
Le hablo de la huelga de hambre iniciada por algunos de los presos en la cárcel de la Base, a pocos días del quinto aniversario de su apertura, este jueves. «La situación es muy tensa para ellos», comenta. «Se sienten sin esperanzas». La inmensa mayoría, dice, son inocentes.
Considera que es muy importante, simbólicamente, la marcha que realizarán en las inmediaciones de la Base, y también de gran impacto emocional para quienes, como él, no solo desaprueban la política. «Estamos horrorizados con lo que ocurre ahí dentro», dice en alusión a la ilegal prisión.
Alrededor de 700 fueron llevados allí en estos años. Trescientos lograron salir gracias al esfuerzo de hombres y mujeres como Goodman y quienes hoy protestan contra el ultraje.
La intervención del abogado en el intercambio sostenido por los pacifistas este miércoles con historiadores, maestros y otros profesionales y representantes de la sociedad guantanamera, ha sido trascendente para entender la maraña de entuertos alrededor de los hombres a quienes la administración de EE.UU. ha arrestado bajo acusación no probada, y a los que impide el acceso a la justicia, mal amparadas las autoridades en la Ley Patriótica proclamada el 11 de enero del año 2002.
«Hay prisioneros hasta de Europa y de África en la Base Naval; nunca han sido procesados por algún crimen».
Devela la estrategia de la administración norteamericana de mantener a los detenidos fuera del territorio nacional. Se trataba, explica, de evitar que las cortes estadounidenses interfirieran e hicieran lo que debían: desestimar esos casos por no jurisdicción.
Gracias a la batalla en pro de que se hiciera justicia, la Corte Suprema de EE.UU. dictaminó el 28 de junio de 2004 que los tribunales debían atender el pedido de hábeas corpus para los presos en Guantánamo. Más de 400 abogados provenientes de todas partes se han sumado a la batalla legal. No es que sean de "izquierda"; hay entre ellos representantes de importantes firmas comerciales. «Solo están abrumados por lo que el gobierno de EE.UU. está haciendo con su Constitución».
Como ellos, el abogado Goodman considera un escándalo que los derechos de los prisioneros sigan siendo desoídos. No se trata solo de la retención ilegal, sino de los malos tratos y la tortura, recientemente convertida en ley.
«El gobierno debería estar avergonzado».

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Hoy en la Mesa Redonda:

Estados Unidos: la tortura como método

Correo: digital-AT-jrebelde.cip.cu

11 de enero de 2007

En diversas partes del mundo habrá hoy manifestaciones contra la tortura y por el cierre de la infame prisión que Estados Unidos mantiene en la ilegal Base Naval de Guantánamo. Frente a esa instalación se realizará una de las más simbólicas protestas.
La Mesa Redonda Informativa dará cobertura a ese acontecimiento y analizará la larga historia de la tortura como instrumento de represión en manos del imperio.
El programa, que será transmitido a las 6:30 p.m(hora de CUBA) por Cubavisión, el Canal Educativo, Cubavisión Internacional, Radio Rebelde y Radio Habana Cuba, analizará también la repercusión de los actos de asunción presidencial en Venezuela y Nicaragua y el nuevo discurso de Bush sobre Iraq.
El Canal Educativo retransmitirá esta mesa redonda al final de su programación y Radio Progreso lo hará a la una de la madrugada.

Sintonizar en:

www.rrebelde.cu

www.radioprogreso.cu

www.radiohc.cu

www.cubavision.cubaweb.cu

www.mesaredonda.cu
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